Miel para Oshún. De Humberto Solás

Donde Oshún y Yemanyá se encuentren.

Los paisajes cubanos son los elegidos para nuestro viaje, que comienza cuando un joven cubano, emigrado siendo niño, decide regresar muchos años después para tratar de entender, buscar respuestas, encontrar a quienes dejó atrás.
Conflictos familiares aparecen como eje central de la película, aunque se traducen en un drama colectivo, de toda la sociedad cubana. Se puede entrever cómo el trasfondo político influye en la vida de cada uno de los protagonistas.
Estas circunstancias son las que nos llevarán por un viaje al interior de Cuba, acompañando a los protagonistas en sus búsquedas personales, y vivenciando las particularidades de este pueblo y su cultura.
Vemos reflejada la relación entre pobladores y turistas; los mecanismos de control del régimen socialista que desconfía de los antisociales; las particularidades de la Santería, su religión y el panteón de Orishás, como Oshún y Yemanyá. La religión cubana expresada en el nombre de esta película tiene un rol, no tanto central, sino más bien como pretexto que orienta al joven en su camino.

No faltan los camiones repletos de personas por las rutas, autos que se rompen persistentemente, y la concurrencia masiva de todos los pobladores (sí, todos) frente a cualquier conflicto personal que se presenta.
Todas les pasan a estos muchachos, mientras recorren 880 km desde La Habana hasta Baracoa, en la costa este del país. ¿Qué encuentran allí?


Ficha técnica:
Director: Humberto Solás
País: Cuba
Con: Isabel Santos, Mario Limonta y Jorge Perogurría en los papeles
Género: Drama
Año: 2001
Duración: 115 min.

Trailer:
 

0 Responses

    Seguidores